miércoles, abril 04, 2007

La Revolución Conservadora (II): Vida y opiniones del caballero Richard Nixon - De Yorba Linda al Despacho Oval

Para continuar este relato sobre el viraje hacia la derecha de la sociedad estadounidense y su principal responsable, el Partido Republicano, quiero esbozar la biografia de un personaje ya casi mítico, y que creo que puede ser un buen resumen del cambio de su país, al haber sido uno de los motores del susodicho cambio. He de apuntar que, a pesar de todas sus conspiraciones y crímenes, "Tricky Dick" me cae simpático: para mí representa el perdedor nato que, a pesar de todo y de todos, sigue luchando; pocos hechos en la política me han parecido más poéticamente justos que su victoria en 1968, después de haber sido dado por muerto políticamente. Pero empecemos por el principio.

Richard Nixon nació en Yorba Linda, al sur de California, en 1913. Era hijo de una familia de clase media-baja. Destacó tempranamente en el instituto, e incluso recibió una beca para ir a Harvard, que, lamentablemente tuvo que rechazar ya que el desgaste económico que suponía el tratamiento de la tuberculosis de su hermano hizo que la familia Nixon no tuviera el dinero necesario para el alojamiento del joven Richard. Por ello, acabó estudiando Derecho en la cercana universidad de Whittier, en la que fue segundo de su promoción. Cuando acabó la carrera, pudo al fin aceptar una beca de la Ivy League, esta vez para ampliar sus estudios en Duke.

Una vez fuera de la vida universitaria, Richard Nixon vuelve a California y empieza a trabajar en un pequeño bufete; contrae matrimonio con Thelma "Pat" Ryan, y finalmente encuentra trabajo como funcionario en Washington. Al llegar la II Guerra Mundial, Nixon podría haber evitado el reclutamiento como miembro de la administración pública, pero decide acudir: sabe que su futura carrera política puede depender de ello. En la Guerra se haría famoso por su habilidad jugando a las cartas; con el dinero ganado se paga parte de su primera campaña política.

Nixon durante la II Guerra Mundial

Ya de vuelta a casa, Nixon se presenta para un asiento en el Congreso. Lograría arrebatárselo a un congresista que llevaba diez años en la Cámara Baja, Jerry Voorhis. Aquí nuestro Rick empezó a utilizar las triquiñuelas que le harían famoso: no dudaba en acusar veladamente -o no tanto- a sus adversarios de ser pro-comunistas, de una forma mucho más clara de lo que lo hacían otros republicanos. Así, en 1947, con 34 años, Nixon era congresista.

En el Congreso, Nixon hizo honor a su fama de anticomunista: se le asignó un puesto en el Comité de Actividades Antiamericanas que había creado McCarthy, en el cual se ocupó del caso Hiss. Alger Hiss había sido todo un miembro de la delegación americana en Yalta, pero ahora era acusado de ser un espía soviético. Finalmente, gracias a la investigación que dirigió Richard Nixon, Hiss fue condenado a cinco años de prisión, y con ello Nixon se hizo extremadamente popular. Así, en 1950, se presentó a las elecciones para senador por California, en las que derrotó a Helen Gallahan, la amante de Lyndon Johnson. Nixon se sirvió de su habitual táctica: acusó a Gallahan de ser pro-comunista; sin embargo, fue en estas elecciones en las que se popularizó su más famoso mote: Tricky (taimado) Dick.

Alger Hiss

En 1952 fue elegido como candidato a la vicepresidencia, junto a Dwight Eisenhower. El carisma del héroe de la II Guerra Mundial les llevó a ganar las elecciones muy claramente, siendo la primera candidatura republicana que ganaba las presidenciales desde Hoover, en 1929. Como expliqué en el anterior capítulo, Eisenhower era un presidente republicano con muy poco de republicano: un hombre que ha estado ocupado ganando una Guerra Mundial no tiene mucho tiempo para desarrollar ideologías partidistas. Dentro de la centrada presidencia de Eisenhower, Nixon amplió en mucho las competencias de la vicepresidencia, haciéndose en cargo, de facto, de la política del día a día. Durante este periodo, Nixon pudo actuar como presidente en tres ocasiones (1955, 56 y 57) debido a la mala salud del ya muy avejentado Eisenhower. Además, reforzó su popularidad con el llamado "debate de la cocina": en una visita oficial a Moscú, con motivo de la Exhibición Nacional Americana, Nixon entabló un debate con Krushov, en la que plantó cara a las maneras, un tanto agresivas, del líder soviético: Nixon argumentó que los estadounidenses daban mucha importancia a asuntos "de menor peso" como el comfort. Así, nuestro "Tricky Dick" estaba en una posición muy buena para ocupar el Despacho Oval cuando acabó el segundo mandato de Eisenhower. Habían llegado las elecciones de 1960: la virtud contra el vicio, el bueno contra el feo y el malo; en definitiva, John Fitzgerald Kennedy contra Richard Nixon.

Dwight Eisenhower junto a Richard Nixon

Las elecciones de 1960 fueron las más emocionantes de la historia. Las del 2000 son comparables en igualdad, pero mientras que Gore-Bush era un duelo de perfil bajo, Kennedy-Nixon era un gran, gran enfrentamiento. JFK simbolizaba todo lo que Nixon había odiado durante toda su vida: Kennedy era un guapito rico de la Costa Este. De hecho, el dispar aspecto físico de ambos candidatos fue muy importante, ya que, en el debate televisado -el primero de la historia- la mala apariencia de Nixon, que había rehusado maquillarse, desniveló la balanza a favor del demócrata: tanto es así, que los que escucharon el debate por la radio dijeron mayoritariamente que el debate lo había ganado Nixon, mientras que los que lo vieron por televisión dieron la victoria a JFK: desgraciadamente para Rick, la televisión ya era un medio más popular. Así, Nixon encaja la primera derrota electoral de su carrera, por un muy estrecho margen; igual que en el 2000, hubo rumores de fraude: se llegó a decir que los Kennedy habían pagado a la mafia.

Nixon y Kennedy durante el debate televisado

Nixon regresa a su California natal, y sólo año y medio después de la derrota electoral se presenta a Gobernador de California. Era muy difícil que ganara estas elecciones: en realidad hay quien dice que lo que pretendía Nixon era evitar ser nombrado candidato por los republicanos para las presidenciales del 64, en las que se esperaba a un Kennedy muy popular. Sea como sea, Nixon perdió las elecciones, pero el último día de la campaña se despidió de la prensa diciendo cosas como que esa era su "última conferencia de prensa" o "ya no podréis meteros más con Nixon". Aquí empieza el largo historial de ataques de políticos republicanos a la prensa, a la que consideraban parcial.

Pero, cuando ya era considerado un cadáver político, Nixon vence. En 1968 su fidelidad se ve premiada con la candidatura a la presidencia por el Partido Republicano. En el artículo anterior ya he comentado brevemente las circunstancias de esas elecciones; en todo caso, en el próximo capítulo y como conclusión de esta "Vida y opiniones del caballero Richard Nixon", volveré a analizarlas. En definitiva, Richard Nixon ganó las elecciones de 1968, y se convirtió en el trigesimoseptimo Presidente de los Estados Unidos.

Richard Nixon durante la campaña de 1968. El gesto de la doble V se convertiría en una de sus señales de identidad.

3 comentarios:

Antxon G. dijo...

Buena biografía. Me gusta Richard Nixon. Lamentablemente hoy en día todas las referencias a su figura tienen relación con el episodiod el Watergate. Olvidando que ha sido seguramente el presidente norteamericano más inteligente y audaz. Aparte de superviviente. El que tenía un mejor manejo del cotnexto político internacional. Un superdotado de la política.

Firmó acuerdos de limitación de armas extratégicas con la URSS, estableciendo las nuevas reglas de la realpolitik basadas en la distensión y en la coexistencia pacífica de las dos superpotencias, estableció relaciones con China, empezó a cerrar el conflicto vietnamita en su segundo mandato después de obligar a Vietnam del Norte a iniciar negociaciones de paz...

Además estableció la llamada `Doctrina Nixon', que consistía en la reducción de las fuerzas militares estadounidenses en el extranjero, ayudando a los países pequeños a defenderse por sí mismos, por medio de concesiones de ayuda económica. Esto permitió a Nixon reducir el presupuesto militar norteamericano que había sido hinchado hasta límites insospechados en la década anterior..... mucha gente no tiene ni idea de nada de esto.

Gawyn dijo...

Muy de acuerdo contigo. No es que quiera minimizar la importancia del Watergate, pero siendo sinceros, comparándolo con lo que logró Nixon en el resto de su presidencia, me parece una cuestión sumamente menor.

El otro día, no recuerdo en que web, leí que Nixon dinamitó unas conversaciones de paz al final de la presidencia de Johnson, para evitar que los demócratas mantuvieran la Casa Blanca. Lo consiguió llamando al gobierno de Saigón y convenciéndole de que era una trampa (¿y se lo creyeron? ¿la llamada de un candidato a la presidencia evidentemente interesado en el resultado de las conversaciones?). A ver si encuentro la web, pero tiene una pinta de bulo anti-Nixon acojonante.

Antxon G. dijo...

Eso me recuerda también a la historia de los rehenes presos en la embajada norteamericana en Irán en 1979-1980. Se ha escrito mucho sobre las maniorbas de William Casey y gente cercana a Reagan, describeidnor euniones en París incluso. Habrían convencido a Irán de no liebrar a los ciudadanos norteamericanos antes de las elecciones. Aprovechando en cierta manera las ganas del ayatollah de dar una lección al Presidente carter, de fardar con esod e "yo me he cargado al Presidente de los Estados Unidos" xD

De Nixon no me extrañaría un movimiento de esa naturaleza. Va con su carácter. Era un hombre deshonesto, eso es innegable. Tenía un lado talentoso y honraod y otro profundamente deshonesto. Él medró en la política fijándose en la experiencia de su padre. Un hombre humilde. Un hombre honrado. Exageradamente íntegro. Que no consiguió grandes cosas en la vida siendo íntegro. Nixon creía que jamás alcanzaría sus sueños siendo un hombre bueno como su padre. Que jamás hubiera llegado dodne llegó, sino se hubiera comportado como se comportó. Y en cierta manera no le faltaba razón. Pero esa misma audacia, que podía llevarlo a hacer cosas poco honorables como esa que citas, le condujó por igual al éxito como al fracaso.

Es uno de los políticos más interesantes de observar de las últiams décadas.