Pues después de semanas de espera, por fin he podido ver la última de la niña mimada de Hollywood. Hasta ahora las dos películas de la Coppola (Las vírgenes suicidas y Lost in Translation) me habían causado una grata impresión y es que su cine era lento, pero bello, regodeándose en la imagen, un poco a lo oriental (otro día hablaré de Kim-Ki Duk). Las vírgenes suicidas era una adaptación de la novela de Jeffrey Eugenides, y me gustó, sin más: pero en Lost in translation, Sofia Coppola logró hipnotizarme; desde entonces estoy enamorado de Tokyo y de Scarlett Johansson - mi amor llegó antes del vestidito ese de los Globos de Oro, i swear-.
Los que esperen encontrar en María Antonieta una película histórica, saldrán decepcionados: apenas se tratan las negociaciones que llevaron al matrimonio entre el Delfín y la Archiduquesa, y los únicos acontecimientos políticos que Sofía nos muestran son el apoyo de Francia a los Estados Unidos en la Revolución Americana (dando con ello una posible explicación del déficit de Francia que exculpa a María Antonieta) y, por pura obligación, la Revolución Francesa. Sin embargo, incluso este hecho vital en la vida de la Reina de Francia se nos presenta a través de sus ojos, que se limitan a advertir cierta agitación en el pueblo, a través de los rumores, y a ser testigo de la llegada de una muchedumbre a Versalles (con una escena bastante ridícula, en la que María Antonieta se inclina ante el pueblo). Ni siquiera los sádicos que esperaban a ver la decapitación de Kirsten Dunst quedarán contentos, puesto que la película acaba con la salida de la reina de Versalles, escoltada por los revolucionarios.
Sólo con el principio y el final podemos hacer una definición de la película: ésta empieza con el viaje de María Antonieta de Austria hacia Versalles, y acaba con la salida de la reina del palacio real. Así pues, tanto como un biopic sobre María Antonieta, la película es un retrato de la vida de la corte francesa previa a la Revolución: Madame du Barry tiene más importancia que Rousseau, Voltaire y Robespierre. Se nos muestran las pasiones, penalidades y caprichos de la corte francesa todo ello ambientado con música pop, recurso que al principio resulta interesante -emparenta a María Antonieta con las adolescentes de hoy, y las juergas versallescas con los jolgorios de los jóvenes occidentales contemporáneos- pero al final me acabó repitiendo, personalmente.
Empecé el artículo llamando "niña mimada" a la Coppola, y esa es la imagen que la directora quiere darnos de la reina francesa: una pobre niña rica, que es simplemente se desliza por el tobogán de su destino real, y que apenas tiene consciencia ni de lo que gasta ni del mal nombre que dejaría en la historia. Coppola tiende a defenderla, cubriéndola de un manto de inocencia, buenos sentimientos e inconsciencia. Quizás tenga razón.
En definitiva, una buena película de Sofía Coppola, que con tres películas parece haber definido un estilo propio, que algunos tildan de vacío; pero en eso radica lo interesante de un estilo: en que no gusta a todos, pero todos saben reconocerlo.
9 comentarios:
No me pareció una película tan buena como sus anteriores, pero tampoco es una mala película. Comparto practicamente todo lo que dices.
Me gusta esa visión 'no histórica', desde el punto de vista de la adolescente que era. Me gustan esas repeticiones del levantarse y los desayunos: expresan muy bien la monotoía que sentía. Y el contrapunto en la ópera: amada por su rebeldía / odiada por su rebeldía, en el momento en que aplaude.
Hay varios detalle que me gusta, pero ¿por qué no sale la canción 'age of consent' en la película, mientras que en la promoción se basan exclusivamente en esa canción? Misterios del marketing. Eso sí, los New Order felices.
Espero ansiosamente lo que prometes sobre Kin-Ki-Du
Saludos
No he visto su última película, pero sí las anteriores.
Y creo que la Srta. Coppola es lo más parecido a Woody Allen que hay hoy en día.
Saludos.
atuaire, eso merecería una explicación más extensa. Yo personalmente no veo ninguna conexión entre Woody y la Coppola.
Lo de Kim-Ki Duk lo haré en cuanto vea "El arco", que lo tengo pendiente.
Al independentismo del que gozan. Al me da igual lo que digan y lo que piensen. Al poder elegir lo que sí y lo que no sin ataduras y sin atender a recelos hollywoodienses.
Pocos cineastan hacen realmente lo que quieren y como quieren.
Saludos.
Simplemente comentarte que no he visto el arco, pero la voy a ver. Aquí en Asturias la ofrece Cajastur en sus habituales ciclos de películas.
Saludos
Altuaire eso más bien lo heredó de su padre, Francis Ford Coppola, que es el objetivo que siempre persiguió a la hora de hacer cine.
De todas formas, el que ha llegado a ello le ha costado mucho. Es una lástima que sea tan difícil y costoso llegar a ese buen cine de autor del cine para el arte.
Yo me quedo con los comentarios de las abuelas que teníamos cascando detrás eh Gawyn. JAJAJAJA
FF Coppola ha hecho cada bazofia comercial...
Menos mal que con el tiempo voy viendo que no soy el único que está medio enamorado de Sofia Coppola....
Y por cierto, sí, autores como Kim Ki Duk respiran en la obra de la hijísima...(que buena era "La isla"..)
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